LUDWIG S. SULLIVAN

LUDWIG SULLIVAN

  NOMBRE COMPLETO: Ludwig Scott Sullivan
  APODO/S: Lutz, Sully (sólo en el trabajo)
  EDAD: 19 años
  RAZA: Brujo
  BANDO: Neutral
  OCUPACIÓN: Repartidor de Sushi a Domicilio
  NACIONALIDAD: Estadounidense
  ESTADO CIVIL: Soltero
  O. SEXUAL: Heterosexual
 

PODERES: Proyección Astral
OTROS DATOS:
Ludwig, si bien no tuvo una etapa escolar normal (puesto que sólo asistió a clases cuando estuvo recluido en los hogares de menores), logró completar su educación secundaria gracias a su mentora quien, además de instruirlo en la brujería, le educó en casa con la ayuda de profesores particulares. Aunque ir a la Universidad no está dentro de sus planes.

Conoce mucho el mundo under de San Francisco, pues hasta los 15 años estuvo relacionado con la vida en la calle y todos los personajes que en ella se desenvuelven.

En su trabajo le conocen como Sully. Simplemente “Sully”.

Ha demostrado tener buenas capacidades con la elaboración de filtros y pociones.

Rara vez utiliza su proyección astral, sólo la puede realizar al dormir (dada su poca experiencia), y cuando lo hace es sólo para poder conocer los límites a los cuales puede llegar: cuán lejos puede llegar su ser espiritual sin que se corte el lazo con su cuerpo físico

No fuma, ni se droga. Antes tampoco bebía, pero hace poco descubrió que el alcohol algunas veces potencia sus poderes mágicos… o eso es lo que cree.

Nunca ha tenido una pareja estable; y tampoco anda en busca de una. 

HISTORIA Y/O PERSONALIDAD:
Ludwig nació de una poderosa familia de hechiceros cuyo linaje provenía, dicen, de las afortunadas brujas que lograron escapar a Boston Massachusetts. de los Juicios de Salem en 1692. Aquella familia, los Sullivan, de corte absolutamente tradicionalista y conservadora, cometieron el error de negarse a separarse en núcleos más pequeños de familiares para así protegerse, y pecando de soberbia, creyeron que unidos, su poder "histórico" sería más poderoso que cualquier amenaza. Error.

Todos los años, el Solsticio de Verano (la noche más corta anualmente, en el hemisferio norte), suponía el momento de poder mágico en su nivel más bajo… Momento en que, al Ludwig tener 2 años de vida, un gran grupo de cazadores decidió atacar la gran casona donde residían los Sullivan. Se dice que acabaron con todos los miembros de la familia aquella noche, demorándose no más de un par de horas. Pero eso no es del todo cierto; no se sabe si algún brujo o bruja pudo escapar, pero sí que sobrevivió uno en los mismos terrenos de la casa: Ludwig Scott Sullivan, el hijo menor de los patriarcas de la familia. Su madre, haciendo un último esfuerzo para salvar a su hijo conjuró un hechizo de protección, y escondió al bebé en el interior de las raíces de un gran árbol que había cercano a la casa, antes de morir alcanzada por una bala en la nuca, disparada por un cazador que creía que la mujer escapaba. La casa y todas sus pertenencias, libros, artilugios y materiales fueron quemados al amanecer. Pero un bebé de sólo dos años yacía escondido debajo de uno de los seres más sabios de la naturaleza, un anciano sauce. Sus llantos no alertaron a los victoriosos cazadores que abandonaban las cenizas de una otrora casa de brujos, pues aquella noche, frente al más grande peligro al que se había enfrentado Ludwig en su corta vida, y también gracias al hechizo de su progenitora, su don de la Proyección Astral se había activado: su cuerpo espiritual había abandonado momentáneamente su cuerpo físico sumiéndolo en un profundo sueño, para “posarse” junto al cadáver de su madre.

A las autoridades policiales, que concurrieron al sitio del incendio, no les costó mucho encontrar al niño escondido llorando, puesto que el efecto de su poder sólo había durado hasta que el peligro cesara y se encontrara lejos. No les fue difícil asumir que la mujer asesinada a no muchos metros del árbol era su madre, pero sí, nunca fueron capaces de explicarse por qué se había aniquilado a una familia entera, y cómo lo había hecho Ludwig para sobrevivir sin ser escuchado por sus llantos.

Así fue como Lutz, como es llamado por amigos y cercanos (aunque, la verdad, no tiene ninguno), pasó su primera infancia en hogares de acogida y de adopción, hasta que a la edad de 8 años escapó e hizo de la calle su hogar, dedicándose al robo furtivo de carteras, mochilas y bolsos, y a la limpieza de vidrios de los autos en los semáforos, hasta los 12, cuando fue llevado nuevamente por servicios sociales a un hogar de menores en San Francisco (en el cual sufría abusos físicos y verbales constantemente) del que escapó nuevamente a los 15 años, dedicándose ésta vez, más que al hurto, a la venta de artículos robados. Desde siempre supo que era especial, era mas rápido, fuerte y astuto que otros; y, de vez en cuando, podía con simples gestos o movimientos, causar acontecimientos que desafiaban las leyes de la naturaleza (siempre en una escala pequeña).

Fue en esos tiempos cuando Ana Wong, una anciana bruja china, lo vio mediante sueños y comprendió el pasado del chico. Lo buscó y lo encontró fácilmente, tanto por sus dotes clarividentes, y por que vivían ambos en San Francisco. Se compadeció de él y lo acogió en su hogar, haciéndolo su aprendiz e instruyéndolo en la magia, bajo la fachada de habiéndolo contratado como su empleado ayudante en el negocio de adivinación I Ching que la bruja tenía.

Así pasó sus años comprendiendo su naturaleza, aprendiendo a dominar sus poderes y a controlar su don único y especial; mas nunca supo de su pasado, pues la vieja china tomó la decisión de no decirle nada de aquello en un intento de protegerlo, pues sabía que el chico cobraría venganza, y los tiempos no estaban para estar atacando él sólo a cuanto cazador que estuviera dando vueltas.

Sin embargo, aquél episodio en la vida de Lutz no duró mucho. A los 18 años, volviendo de las compras encontró a Ana Wong muerta con una bala en la frente, en el suelo del hogar donde ambos vivían. Un cazador había localizado a la bruja y la había asesinado; El joven había sido advertido por su maestra que existían personas que buscaban aniquilar a su especie, y que uno como brujo debía andar con cuidado, escondido y a la defensiva. Pero jamás se esperó que pudiesen matar a una mujer que jamás le había hecho daño a nadie, sino todo lo contrario. En un principio sintió rabia, luego pena, y finalmente, miedo. No había mucho que hacer ahí, el cazador que los había encontrado podía darse cuenta en cualquier momento que Lutz no era un simple empleado de la china, sino un aprendiz de la misma especie, por lo que guardó sus cosas, tomó un par de libros y pergaminos de magia, sacó lo más que pudo de dinero, llamó a la policía para avisar del crimen, y escapó del lugar.

Actualmente, un año después del asesinato de su mentora, ha alquilado una pequeña habitación y después de mucho buscar, ha conseguido un trabajo de repartidor en un local de Sushi a domicilio. El vuelco que le generó ser acogido por la china, le hizo evitar caer nuevamente a la vida de la calle. Eso sí, ha evitado practicar magia, para mantener un perfil bajo, pero sí ha leído y estudiado teóricamente todo lo que ha podido en cuanto al arte de la brujería, preparado para cualquier cosa que pueda pasar. Y además, ha intentado descubrir quién atentó, exitosamente, contra la vida de Ana, y el por qué; pero no sabe que eso lo puede llevar a descubrir mucho más sobre él y su historia, y quién sabe qué consecuencias puede traer eso en su vida.

Lutz es un tipo desconfiado, pero no por eso retraído ni mucho menos tímido. De hecho, puede ser muy carismático... o un bloque de hielo, según le convenga. Las leyes de la calle le han enseñado a cómo desenvolverse en las más diversas situaciones, ya sean positivas o negativas. Es un poco temperamental, a veces iracundo (y en esos momentos claramente actuará antes que pensar) y  agresivo, aunque ahora con todo lo que ha pasado prefiere ser más recatado. No es un intelectual, pero sí es muy, muy astuto. No se deja engañar fácilmente.  Es obstinado, no se cansa hasta que no consigue lo que quiere. Cuando confía, lo cual es raro, se convierte en una persona que nunca dejará de lado a los suyos; se vuelve un ser protector, empático y fiel. Si alguien le cae bien, será simpático y hasta bromista. Si alguien le cae mal, simplemente no le prestará atención, pues no tiene la intención de hacerse mala sangre por quienes no valen la pena. 

PB: xxx

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