GRACE T. GODFREY

Grace T. Godfrey

NOMBRE COMPLETO: Grace Taylor Godfrey.
APODO/S:
EDAD:18 años.
RAZA: Bruja.
BANDO: Neutral.
OCUPACIÓN: Camarera del Haze Nightclub.
NACIONALIDAD: Estadounidense.
ESTADO CIVIL: Soltera.
O. SEXUAL: Heterosexual.

PODERES: -Transformador Metamórfico
OTROS DATOS:
▀ Adora los lobos. No sabe a ciencia cierta que es lo que le hace tener ese sentimiento hacia esa raza, pero lejos de tenerlos miedo, tiene hacia ellos una gran admiración desde muy niña.
▀ Se muerde constantemente el labio inferior cuando está nerviosa o preocupada por algo.
▀ Odiaba ser bruja por que la vida que sus padres llevaban con la nigromancia le asustaba, pero el reconocimiento de sus propios poderes le hizo comprender que no tenia por que estar destinada a que su uso fuera para esos fines.
▀ No es muy experta en el mundo de los ligues. De echo nunca a tenido un novio formal o se a enamorado de alguien. Es romántica, muy romántica por lo que espera que algún día la persona ideal aparezca.

HISTORIA Y/O PERSONALIDAD:
A diferencia de sus hermanos, sus poderes comenzaron a desarrollarse cuando Grace cumplió los dieciseis años. Es la pequeña de dos hermanos y hija de unos reconocidos brujos especializados en el arte de la nigromancia. Pasó gran parte de su infancia eclipsada por sus dos hermanos mayores quienes seguían muy de cerca los pasos de sus padres, la adivinación y la invocación de espiritus era algo habitual en casa de los Godfrey, y aunque nunca a renegado de sus raices, siempre sintió cierto miedo por todo lo que ese mundo representaba.
Cuando era pequeña, solo deseaba que su vida fuese normal. Deseaba que su vida fuese como la de cualquiera de sus compañeros de clase, pero estaba claro que allá donde fuese, la vida de Grace estaría marcada por lo sobrenatural.
Desde muy pequeña, viajaba con su familia de un lado para otro, por lo que no solían establecer un lugar fijo en el que permaneciesen más de un año. Odiaba profundamente ser la eterna chica nueva. Cumplió los dieciseis años estando en el que quizás se convirtió en el lugar donde permanecieron más tiempo, y justamente estaba en mitad de una clase cuando empezó a notar que todo a su alrededor temblaba ligeramente. Trató de calmarse, trató de convencerse así misma de que aquello era algo ajeno a ella. Ella no era como su familia, ella no poseía poderes. Ella era solo una chica normal. Normal. Dejó que ese pensamiento invadiese su mente y con ello poder relajar su cuerpo, pero contra más trataba de hacerlo menos lo conseguía. Los pequeños temblores, duplicaron su potencia en cuestión de segundos y así hasta que todos los cristales de las ventanas que aquella clase tenía estallaron en mil añicos. Nadie reparó en su ausencia después de que aquello sucediese, por que después de que ocurriese, Grace salió corriendo como si el mismisimo diablo la persiguiese hacia su casa. Atravesó el bosque y al llegar se encerró en su dormitorio y se sentó en la cama con las manos sobre la frente, aquello sin lugar a dudas estaba convirtiendose en una pesadilla. Ella no quería ser bruja, no quería predecir el futuro o invocar espiritus como lo hacían sus padres y sabía que cuando  lo descubriesen su vida se vería encaminada a seguir el legado familiar.
No pasó mucho tiempo cuando notaron que la pequeña de la familia había adquirido nuevas habilidades, ya que su falta de experiencia provocaba que más de un vaso se rompiese con solo mirarlo o que alguna que otra bombilla extallase. Sus padres evidentemente no tardaron mucho en hacerle participe del deseo que tenían a la hora de ayudarla con sus poderes, querían que se uniese a ellos, pero para Grace aquello era algo que no entraba en sus planes. No quería convertir su vida en la vida de sus padres, no quería que sus poderes siguiesen ese tipo de curso por que sabía que en cierto modo y aunque desconocía ciertos detalles, aquella magia no era buena.
Cuando Grace les comunicó su deseo, para sus padres y hermanos, aquello fue como si de algún modo les estubiese repudiando, ya que se tomaban el legado familiar demasiado en serio. De una forma quizás algo egoista, decidieron que si aquello era lo que elegía, debía irse y desarrollar sus poderes por si misma sin ayuda alguna. Al principio aquello le aterrorizó, el echo de tener que lidiar sola con unos poderes que no sabía controlar, o el simple echo de mantenerse por si misma. Pero la balanza se equilibró a su favor y no le costó mucho encontrar un trabajo y lugar pequeño a las afueras donde poder vivir.

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