JOHN G. SHACKLETON

JOHN SHACKLETON

NOMBRE COMPLETO: John Garrett Shackleton
APODO/S: Ninguno, suelen dirigirse a él por su apellido.
EDAD: 32 años.
RAZA: Licántropo.
BANDO: Bien.
OCUPACIÓN: Detective FBI.
NACIONALIDAD: Americano.
ESTADO CIVIL: Divorciado.
O. SEXUAL: Heterosexual.

PODERES: [---]
OTROS DATOS:
- Nacido como Garrett Thomas Blunt, cambió su nombre de forma legal a los veintiún años, justo antes de entrar en el cuerpo de policía, adoptando el apellido de su bisabuelo.
- Uno de sus pocos hobbies consiste en tocar la guitarra; en su casa tiene dos de estas, una acústica negra, y una eléctrica que compró de segunda mano, a los diecisiete años.
- Lector habitual de novelas de misterio, como no podría ser de otro modo entre sus autores favoritos se encuentran Agatha Christie, Arthur Conan Doyle y Edgar Allan Poe, aunque fuera de ese género es un gran admirador de la obra de H. G. Wells.
- Nunca se le han dado bien las relaciones amorosas, prueba de ello es que estuvo casado durante casi un año, la mitad del cual vivió ya en una casa distinta a la de su esposa, a la espera de que esta firmase los papeles del divorcio; fue desde el principio un matrimonio sin amor, siendo ella hija del Jefe de Policía conoció a John gracias a que su padre era jefe de este, y se las apañó para engatusarle y casi arrastrarle hacia el altar, simplemente porque el joven parecía un buen partido y ella era la última que quedaba de entre su grupo de amigas por llevar un vestido de novia. De aquello hace año y medio, llevan poco más de seis meses divorciados.

HISTORIA Y PERSONALIDAD:
Fruto de un embarazo no deseado, llegó al mundo siendo repudiado por su madre, una mujer humana que conoció la auténtica naturaleza de su pareja cuando ya era demasiado tarde, y se negó en rotundo a criar a un niño que pudiera heredar los genes de su padre, el cual era a sus ojos una bestia; en realidad, un licántropo. Fue criado así por su padre, un hombre que desde el mismo día de su nacimiento, culpó a la recién nacida criatura por el hecho de que la mujer a la que amaba le hubiera abandonado. ¿Cómo puede un hombre que odia a su hijo, pues, criarlo solo? ¿Por qué no lo abandonó también? Quizá porque tenía la esperanza de que de esa forma, algún día su madre volviera, se arrepintiese de haber dejado atrás a su propio hijo y volviese para conocerlo. Nunca ocurrió.

John, por aquel entonces llamado Garrett, se vio forzado a madurar antes de tiempo, dejando de disfrutar de la infancia demasiado pronto, ya que con el paso de los años los cuidados de su padre pasaron de justos y escasos, a prácticamente inexistentes, hasta el punto de tener que comenzar a llevar dinero a casa ya con apenas doce años, si quería comprar algo de ropa nueva, material escolar o sencillamente algo para merendar. Durante unos años se las apañó bien repartiendo periódicos y tomando lo que las madres de sus amigos le daban, sintiendo lástima por él. En el instituto, prácticamente vivía de lo que ganaba con pequeñas apuestas jugando a las cartas o al billar, además de seguir realizando pequeños trabajos: cortar el césped del vecino, pasear perros, y otras tareas por el estilo. Fue en el último año de instituto cuando comenzó a meterse en problemas, y todo comenzó a raíz de aquellas apuestas, al principio inocentes, que poco a poco habían ido subiendo de nivel, al juntarse con otro tipo de gente, con intención de ganar algo más de dinero. Se graduó de puro milagro, e inmediatamente se fue de casa, antes de que a su padre le diera finalmente por echarle.  Los años siguientes se resumen en un sinfín de peleas, un piso de apenas treinta y cinco metros cuadrados cuya pintura se caía a pedazos de las paredes, y trabajar de diez a doce horas diarias descargando cajas en almacenes para poder pagarlo.

Cabe mencionar que, hasta entonces había sido un lobo omega al igual que su padre, y que este al no formar parte de una manada, había dificultado a su hijo el encontrar una y más aún el querer buscarla, ya que nunca había creído tener necesidad de ello. Jamás imaginó las ventajas que podía darle el pertenecer a una manada, y mucho menos que pudiera cambiarle la vida; todo ello comenzando desde la aparición de su tío, al que conoció por primera vez en una comisaría. El hermano de su padre era policía, algo así como una tradición familiar de la que el padre de Garrett había huido convirtiéndose en la oveja negra de la familia, mientras que el joven Garrett de apenas veinte años se hallaba allí tras haber sido detenido en una pelea. Así que el policía familiar del chico, se propuso desde aquel momento y viendo lo perdido que se hallaba este, por todo lo que había tenido que pasar al ser criado de una forma tan irresponsable, se propuso cuidar de él a pesar de que fuera ya un adulto, al menos, intentar guiarle por el buen camino, que falta le hacía. Fue él quien introdujo al chico en su manada, y quien hizo que se olvidara de su vida en las calles para alejarse de los problemas y se concentrase en buscar algún empleo decente.

Dos años después, ya como John Shackleton, ingresaría en la comisaría de San Francisco como agente de policía, mostrándose como un joven diligente, responsable, capaz de anteponer su trabajo a todo lo demás, cualidades que con el paso de los años lograrían hacerle subir varios escalones hasta ser capaz de optar a un puesto de detective en el FBI, el cual tipo después le sería concedido y en el que permanece a día de hoy.

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